Características de ventiladores de techo sin luz
Si ya tenemos suficientes puntos de luz en la habitación, lo mejor para evitar un sobre precio y una mayor eficiencia energética es comprar un ventilador de techo sin luz.
Los ventiladores de techo sin luz son el modelo más básico y estándar del mercado. Su principal función es la de asegurar el movimiento de la corriente de aire y proporcionar una brisa fresca en verano y una mejor circulación del aire en invierno para regular la temperatura.
Son los modelos más habituales que podemos encontrar en los puntos de venta online:
Tamaño de los ventiladores de techo
Según la superficie que desees ventilar deberás escoger un modelo u otro en función de su tamaño. Los diametros de los ventiladores de techo más comunes son de 76, 105, 122 y 132 cm.
Las habitaciones de más de 15m2 necesitan un ventilador de como mínimo 106 cm de diámetro para mover mayor cantidad de aire de manera más eficiente. También influye el número de palas. Cuantas más aspas, mayor circulación de aire producen.
En su mayoría, los ventiladores suelen contar con 3 velocidades de rotación. A mayor velocidad mayor caudal de aire moverá, pero también aumentará el ruido.
¿De qué material están hechas las aspas?
Las aspas de los ventiladores de techo pueden estar construidas en tres tipos de materiales: madera, acero y plástico. Obviamente, los modelos más baratos suelen usar el plástico, pero eso no está reñido con la calidad de su rendimiento.
La madera es el material más fácil de combinar con el resto de mobiliario si elegimos un ventilador de techo sin luz. Sin embargo, la contra es que es muy poco resistente al calor y la humedad, por lo que no se recomienda en climas extremos en ninguno de estos dos ámbitos y, por supuesto, totalmente descartado para ventiladores de techo exteriores.
El plástico es el material estándar. Duradero y de fácil mantenimiento. Además, su maleabilidad le permite crear diseños modernos y vanguardistas. La desventaja es que con altas temperaturas o excesivo uso puede llegar a deformarse.
Las aspas de metal son las más resistentes, duraderas y fáciles de limpiar. Pero eso sí, también las más caras (salvo modelos de diseño en madera) y las más peligrosas. Por eso es mejor evitar este material, por ejemplo, en habitaciones donde vayan a dormir niños.