Ventilador de techo modo invierno

El modo inverso en los ventiladores

Los ventiladores de techo no son solo para el verano. Muchos de ellos cuentan con un «modo inverso» específicamente pensado para épocas más frías. Este modo inverso ayuda a mejorar la eficiencia del sistema de calefacción que tengamos en casa al favorecer las corrientes de aire caliente y así mantenernos en una temperatura agradable también en invierno.

Este modo, se puede activar de manera sencilla en algunos aparatos mediante una palanca o un segundo interruptor que hace que las aspas giren en el sentido contrario al habitual. Tan simple como eso.

¿Cómo funciona el modo invierno de los ventiladores de techo?

Al girar en el sentido contrario, las aspas impulsan el aire hacia arriba en lugar de proyectar la corriente hacia nosotros. De esta manera, el aire caliente se desplaza a los laterales, baja hasta el suelo y sube por el centro del ventilador para completar el ciclo.

Con este proceso, apto no solo para invierno sino para mantener la temperatura en cualquier época del año, permite ahorrar energía. Con la función inversa de los ventiladores de techo lograremos que la habitación se mantenga más cálida, lo que hará que bajemos la temperatura del termostato y disminuyamos el uso de aparatos de calefacción. Está demostrado que el uso de esta función en invierno consigue hasta un 15 por ciento de ahorro en calefacción.

Eso sí, su uso es solo conveniente en estancias no muy grandes y de techo plano. En techos demasiado altos o abovedados, no logrará conseguir la misma sensación térmica.

Uso del modo inverso en verano

Aunque suene contradictorio, esta función es igual de útil en muchas ocasiones del verano. Si tenemos aire acondicionado, podemos usar la función inversa de igual manera para favorecer que el aire frío llegue a todos los rincones de la habitación y cree una sensación térmica agradable mucho antes. Con el consiguiente ahorro energético.

Además, si tenemos el ventilador justo encima de una mesa, la función inversa resulta útil para que la corriente de aire no caiga sobre la comida o los papeles que tengamos, con la molestia que eso conlleva.